Aventurillas de internet

Hace como un millón de años, en un día de éstos de euforia que nos entran a todos alguna vez, me hice una tienda online a la que nunca jamás volví a prestar atención y cuya existencia se me borró de la cabeza en la siguiente curva de la montaña rusa de los días...

Hasta que, en vísperas de un viaje, y cuando más concentrada estaba en comprobar que había metido en la maleta el cepillo de dientes, el pijama (un clásico que siempre me olvido) y tantas bragas como días de viaje (otro clásico, soy de letras...), me llegó de repente un aviso al móvil para indicarme que alguien me había comprado este bolso.

¡Ay, qué emoción! Pero... ¡menudo lío! Ese bolso lo vendí hace no sé ya cuanto... ¿Y ahora qué hago?  Es lo que tiene el reciclaje: cada modelo es irrepetible, cada bolso tiene personalidad propia, y no sería capaz de volver a hacer uno parecido... Suerte que detrás de los laberintos insondables de internet existimos las personas, y podemos comunicarnos y entendernos. Y detrás de este laberinto me encontré con alguien encantador que no tuvo inconveniente en esperar, y que además me hizo una petición estupenda: "si haces otro bolso para mí, que tenga colores alegres". Jeje, creo que nos vamos a llevar bien :)

Así que diez días y mucho cariño más tarde, esta criatura deja mi máquina de coser y sale a conocer mundo. Cruzo los dedos mientras la veo marcharse... espero que todo vaya bien.



Agradezco la paciencia y pido perdón por la espera con un regalito dulce...


Sí, he aprendido algo, y prometo hacer las paces con el ciberespacio y currarme una tienda online en condiciones. Más noticias en breve... antes de que se me pase el arrebato de euforia :)

Y ahora, voy a darme una vuelta por la iniciativa de reciclaje de Linet Lílula.

2 comentarios:

  1. Pero que bonito!!!!
    Yo tbn quiero uno!!!! Qué chulo! Me encanta!
    Gracias por enlazar!!!

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  2. Muchas gracias, me alegro de que te guste! Y gracias también por el sarao reciclador, jeje :)

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