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Después del invierno

De repente, la bola del mundo se puso a girar. La energía acumulada y retenida durante tanto tiempo hizo arrancar los motores de mis días, y lo que había sido calma aparente y espera desembocó en un viaje frenético rumbo a una nueva vida.


Aterricé en el Nordeste de algo que alguna vez fue Europa, y no tengo ni máquina de coser ni lanitas ni retales de colores, ni siquiera sé hasta qué punto me tengo a mí. Por aquí os dejo lo último que cosí en el invierno, antes de que esta cascada de primavera fulgurante arrasara con todo.






No sabría decir si esto es una despedida, porque sé bien que ni las manos ni la cabeza van a detenerse, por muy lejos que vayamos. Pero sí que habrá una pausa, y luego un cambio, y un territorio desconocido más allá de la frontera. Si queréis venir conmigo, volveré por aquí para compartir el camino. Buen viaje hacia allí donde sea que estéis andando.

Inventarios

Avui necessite
posar punt i a part,
vull fer inventari
de totes les coses
que m'has regalat
i que em són impossibles
de guardar al fons d'un calaix.

PAU ALABAJOS, "INVENTARI"




El otoño es tiempo de poner los trastos en orden. De sacudirse la arena de las sandalias. De portarse bien, de acostarse pronto, de volver al cole. Más aún, después de este agosto y septiembre raros en que mi máquina ha cosido, sobre todo, polvo. Sé que las energías y las ideas no nos pertenecen, sino que, como fuerzas de la naturaleza, van y vienen. Así que, mientras se deciden a regresar, me he puesto a ordenar los cajones de Retal para Cual, y me he encontrado con un montón de universos cosidos que, en algunos casos han desfilado fugazmente por facebook o instagram, y en otros, han pasado directamente de mis manos a las de sus dueñ@s sin grandes apariciones estelares. 

Igual ya has visto algunas de las cosas. En ese caso, lo siento: vendrán tiempos mejores :) Mientras llegan, nos deseo, a ti y a mí, un feliz otoño lleno de listas de tareas, hojas voladoras, tardes breves y buenos propósitos.


Unos cuantos bolsos y monederos:





Un mogollón de camisetas de colores:














 


Y algún que otro personaje despistado con ganas de salir a pasear, que aún hace bueno:













Despertares

De vez en cuando me subo a montañas rusas de las que no sé bajar. Prisas, urgencias, exigencias, plazos, terrores y temores más o menos inventados, inmediateces. Golpes de tambor en el pecho, eficiencias fingidas, mundo exterior reclamándome a estirones. Sólo cuando el carrusel se para me doy cuenta de que he estado viviendo de puertas hacia afuera, sin aire para respirar, sin consciencia de existir, sin instantes para disfrutar de los instantes, sin...

Sin este sol cálido que se cuela por la ventana.
Sin el suave vaivén del agua acariciando el cascarón de mi barca.


Sin atardeceres en los que salir a la terraza para regar las plantas.

A veces, buscamos y elegimos los momentos y los lugares de reposo. Otras veces, es el mar de la calma el que viene, inesperadamente, a rescatarnos de nuestros naufragios cotidianos. En esta ocasión, desperté en un mercadillo del Perellonet como quien aterriza desde otro planeta. Aquí volvió la caricia del sol, aquí el contacto con la realidad, aquí el oxígeno.


Un pequeño refugio para renacer en la poesía cotidiana. Para poner en orden las ideas, para abrir los ojos. Podría haberme pasado en cualquier otro sitio, pero me gustó que me pasara aquí, donde era sencillo y amable dar las gracias a las olas, a las sonrisas de los compañeros, a la luz dorada de las tardes.

Pues eso, gracias.


De refilón dejo caer por aquí algunas gotas del torbellino de cosas cosidas que salieron de mis manos en estos meses que pasé subida en la montaña rusa. Algunas han ido apareciendo en las redes sociales, otras os las enseñaré cuando acabe de aterrizar. Espero que no me lo tengáis mucho en cuenta, recordad que estuve un poco sonámbula, y ahora es bonito estar otra vez despierta y organizar los sueños por colores como quien dobla camisetas.


Nos vemos a final del verano. Mientras, me encontraréis por aquí a ratos sintiendo la tierra bajo los pies y el latido del cielo.













Aventurillas de internet

Hace como un millón de años, en un día de éstos de euforia que nos entran a todos alguna vez, me hice una tienda online a la que nunca jamás volví a prestar atención y cuya existencia se me borró de la cabeza en la siguiente curva de la montaña rusa de los días...

Hasta que, en vísperas de un viaje, y cuando más concentrada estaba en comprobar que había metido en la maleta el cepillo de dientes, el pijama (un clásico que siempre me olvido) y tantas bragas como días de viaje (otro clásico, soy de letras...), me llegó de repente un aviso al móvil para indicarme que alguien me había comprado este bolso.

¡Ay, qué emoción! Pero... ¡menudo lío! Ese bolso lo vendí hace no sé ya cuanto... ¿Y ahora qué hago?  Es lo que tiene el reciclaje: cada modelo es irrepetible, cada bolso tiene personalidad propia, y no sería capaz de volver a hacer uno parecido... Suerte que detrás de los laberintos insondables de internet existimos las personas, y podemos comunicarnos y entendernos. Y detrás de este laberinto me encontré con alguien encantador que no tuvo inconveniente en esperar, y que además me hizo una petición estupenda: "si haces otro bolso para mí, que tenga colores alegres". Jeje, creo que nos vamos a llevar bien :)

Así que diez días y mucho cariño más tarde, esta criatura deja mi máquina de coser y sale a conocer mundo. Cruzo los dedos mientras la veo marcharse... espero que todo vaya bien.



Agradezco la paciencia y pido perdón por la espera con un regalito dulce...


Sí, he aprendido algo, y prometo hacer las paces con el ciberespacio y currarme una tienda online en condiciones. Más noticias en breve... antes de que se me pase el arrebato de euforia :)

Y ahora, voy a darme una vuelta por la iniciativa de reciclaje de Linet Lílula.

Russafart

En el barrio modernete donde vivo, siempre se está cociendo algo.


Pero cada dos años, ese "algo" es un "algo más": se llama Russafart y me ilusiona desde la primera edición. Me como muchísimo (¿demasiado?) la cabeza sobre las fronteras entre arte, diseño, "craft", artesanía... así es que seguramente nunca hubiera cogido carrerilla para apuntarme de no ser por el empujón amable de mi amigo Jordi.  Ahora ya está hecho, y allá estaremos los dos, en la calle Dénia, llave del taller y de los sueños en mano, dispuestos a compartir nuestro mundo con vosotros el último fin de semana de mayo. 


Mientras tanto, mis comidas de cabeza (¿Qué expondré? ¿Cómo lo explicaré? ¿Estoy segura de lo que hago?...) empiezan a transitar esa fina frontera entre conceptos e ideas. La máquina de coser, acostumbrada a hacer objetos útiles, observa perpleja como las telas ahora no son bolsos ni faldas, sino sólo paletas de colores entrelazados entre si. El proceso de creación y composición podría ser paralelo al de la pintura, pero... ¿cosiendo? ¿Es menos, es peor? ¿Qué técnicas, que objetos valen, y cuáles no?¿Dónde están las fronteras? Quizás... ¿Realmente importa?


Me voy a pasar por Rums a ver si alguien me ayuda a aclararme... porque en realidad esto es costura... ¿O tal vez no?

Si os ha gustado Russafart, y queréis darle un empujoncito cariñoso, nos haría felices que pasárais por aquí para ayudarlo a seguir existiendo. ¡Gracias!