Ahora que los días son tan cortos, y el mundo de afuera tan oscuro, prefiero abrigarme bien y refugiarme en casa rodeada de amigos imaginarios.
Juntos, pasamos la tarde: merendamos, vemos la tele, pintamos con lápices de colores...
Si no llueve mucho, llenamos la mochila para irnos de excursión a donde nos da la gana.
Aquí no discriminamos a nadie por su color de piel, ni por el número de patas, ni preferimos las alas a las aletas... ¿Te vienes a cambiar de año con nosotros?
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